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domingo, 29 de octubre de 2023

Reseña de “Nueva Relación de Celendín” de Jorge Aliaga

Por Carlos Reyes Álvarez (filósofo e historiador)


El libro “Nueva Relación de Celendín, donde se cuenta de sus espacios, actores y hechos entre 1565 y 1809” de Jorge Aliaga, fue publicado el 2022 y presentado en Lima y Celendín este año. Es un texto nutrido: con 606 páginas y dividido en 9 capítulos; valiosísimo en tanto explora el periodo virreinal celendino y lo hace sobre fuentes primarias. Según el autor, es el resultado de más de 30 años de investigación. 


No me puedo ocupar de forma detallada de todo el texto. Sin embargo, intentaré hacer un resumen significativo de él.


En la primera parte, Jorge desentraña el origen del nombre “Celendín”, a la misma vez que ojea los orígenes coloniales del pueblo. Se ocupa, además, de la economía, sus actores sociales y representaciones, de las milicias y del sector eclesiástico.


Sobre el origen del nombre “Celendín”, sostiene que viene del nombre de una pachaquía (ayllu) reducida en la zona en el siglo XVI: “Chilic”. A raíz de transformaciones linguísticas, el nombre varió a “Chilic-dén”, “Chilic-dín”. De allí también que a los celendinos los llamen “chilicos”. Así, Aliaga da respuesta a una de las incógnitas que se cernían en la localidad.


Por otro lado, menciona que Celendín tiene una primera fundación, como “pueblo de indios”, “San Lucas de Manchepampa de Zelendín” en 1565. Entonces, la corona española estableció que sea un lugar con residencia exclusivamente india (bajo la política de separación entre república de españoles y de indios). Sin embargo, fue poblada, a pesar de esa prohibición, por españoles, mestizos y otras razas, hasta desestructurarlo como pueblo (y parece que no hubo resistencia local, como sí la hubo en la capital Caxamarca). 


En la siguiente mitad, Aliaga se ocupa de los portugueses en Celendín de la fundación y elevación a villa, sobre aspectos sociohistóricos e idiomas, así como de tradiciones, cambios y otros hechos socioculturales. 


Cuando el virreinato ya acababa, surge una nueva élite local en Celendín, integrada, entre otros, por portugueses. Los apellidos que el autor identifica son: Pereyra, Díaz, Rodríguez y Silva. No obstante, señala de forma enfática que no existirían evidencias de que hayan sido “judíos” (pues se ha creado un mito en torno a esto y sin mayor corroboración)


Esta élite local será la que fundará la villa “Bella Amalia de Zelendín” en 1802, apoyados por el Obispo Martínez Compañón. No obstante, dicha fundación no se dio sobre un lugar inhóspito, vacío o sin categoría legal, sino que se produjo, no solo sobre una sociedad diversa étnica y culturalmente (después de casi 3 siglos y medio de convivencia “interracial”) sino sobre el desestructurado pueblo de indios San Lucas de 1565.


Finalmente, anotamos que este libro es único en su género. No hemos hallado un libro tan voluminoso, detallado y analítico sobre el periodo virreinal de alguna provincia cajamarquina. A este texto habría que sacarle el jugo: con manuales, cómics, reseñas, artículos, notas, conferencias, cursos, documentales, etc. Además, se podría integrar dicha información al currículo escolar (tarea de la UGEL). Hay mucho por hacer en torno a éste, como diría el vate Vallejo.





viernes, 25 de agosto de 2023

Hacia la digitalización del Archivo Histórico de Cajamarca

Por Carlos Reyes y Juan Alvítez 

Las autoridades, en todo el mundo, están digitalizando sus archivos históricos como parte de una estrategia para la modernización de sus instituciones y servicios.  A través de lo anterior, conservan el patrimonio documental, eliminan barreras burocráticas y fomentan la investigación científica.

Cajamarca cuenta, actualmente, con un Archivo Histórico Regional que funciona en el Complejo Belén, es decir, al interior de un Museo que no tiene las condiciones de infraestructura, organización, ambientación ni seguridad. Además, tiene documentos históricos y fototeca en mal estado (pendientes de restauración). Así mismo, no existe un inventario ni catalogación de todo lo que contiene (solo existe el Índice General y el Inventario de las Causas Civiles del Corregimiento Español). Menos aún, cuenta con personal técnico para una atención exclusiva ni con un espacio adecuado para la investigación histórica. De manera que el Archivo se encuentra, hoy por hoy, en condiciones bastante precarias.

Sin embargo, hace poco el Gobierno Regional bajo la gestión de Roger Guevara ha puesto en marcha la construcción de un nuevo local para el Archivo en el complejo Cápac Ñan. No obstante, esto no es suficiente.

Tareas urgentes para modernizar el Archivo Histórico de Cajamarca

1° Para empezar, el traslado de la documentación del Archivo desde el viejo al nuevo local tendría que contar con las medidas de seguridad adecuadas. Recordemos que se trata de documentación muy delicada, y mucha de ella en mal estado. Además, esta documentación tiene un valor que es aprovechado por los traficantes de documentos patrimoniales. Por otro lado, el nuevo local debería contar con la infraestructura y equipamiento moderno para que recepcione, de la mejor forma, todo lo que llegará.

2° La siguiente tarea consistiría en contratar a un archivero experto que realice un “diagnóstico” de la situación actual del Archivo, y a partir de lo cual podamos conocer su estado y las acciones que se necesitan implementar.

3° Luego, este mismo archivero, podría elaborar un “plan de acción” con su debido presupuesto, para poner en orden todo, remediar daños o superar deficiencias. En dicho plan debería tenerse en cuenta la contratación del personal especializado para el Archivo Histórico, entre archiveros, paleógrafos, historiadores y restauradores, principalmente.

4° Dicho personal técnico debería trabajar para superar las limitaciones del Archivo: delimitar área histórica y contemporánea, reparar documentos, descifrar, inventariar y catalogar todo lo que hay. Podrían empezar con la documentación más antigua y en peor estado, la del siglo XVI (siglo de la conquista), para luego pasar al XVII, y así sucesivamente.

 Superadas las deficiencias, se podría pasar a la digitalización del Archivo Histórico de Cajamarca

Una vez que se ha puesto “orden en el caos”, como coloquialmente se dice, con las acciones que recomendamos anteriormente, se podría avanzar hacia “la digitalización del Archivo Histórico”. Para esto se necesitaría personal técnico en sistemas, software o tecnología, con el que parece que el Gobierno Regional ya cuenta en el Área de Transformación Digital. Dicha documentación digital podría colocarse en un repositorio adscrito a la web del Gobierno Regional de Cajamarca, con acceso libre a la ciudadanía e investigadores.

¿Cuál es la importancia del Archivo Histórico?

El sentido común diría que allí se encuentra documentación antigua que, simplemente, no sirve para nada. O solo le interesa a los historiadores curiosos del pasado. Sin embargo, no es así. Esa documentación contiene información de la realidad territorial y poblacional de Cajamarca de más de 6 siglos. Conocimientos que podrían servir a las autoridades como herramientas para una mejor gestión territorial y poblacional.

Para contar con lo anterior, es decir con esos conocimientos científicos sobre la región, estos documentos del Archivo tendrían que ser facilitados, en las mejores condiciones, a los investigadores, quienes, como sabemos, se encargan de revisar e interpretar dicha información mediante artículos, tesis, ensayos, proyectos de investigación, documentales y libros, entre otros.

Finalmente, se puede hacer más.

El Gobierno Regional podría organizar y digitalizar todo el material de investigación que ya existe sobre la región en un repositorio. Por ejemplo, tesis universitarias y libros. Por otro lado, fomentar la investigación de y sobre la región mediante proyectos y concursos de financiamiento.

Por otra parte, Cajamarca carece de escuelas profesionales universitarias e institutos que promuevan la investigación científica. La mayoría de carreras profesionales están orientadas, como sabemos, a la formación de personal para el mercado laboral. Es decir, con un sentido más práctico, pero no investigativo ni científico. Así que el Gobierno Regional, mediante un convenio con la universidad, podrían impulsar la creación de carreras e institutos de investigación también. 




Fuentes:

- Imagen referencial: https://www.entrerios.gov.ar/cultura/mas-info-archivo/

domingo, 23 de julio de 2023

Mis antepasados Quiroz Barrantes y Rojas Becerra. Mi genealogía sanmiguelina.

Por Carlos Reyes, filósofo por la Universidad de San Marcos y maestrante en Historia de los Andes en FLACSO, Ecuador.

A través de este texto dejo la información que he hallado hasta el momento de mi árbol genealógico sanmiguelino, el mismo que tiene origen en mi padre: Ney Reyes Quiroz, hijo de la pareja Carlos Reyes Yllescas (limeño) y Luz Quiroz Goicochea (sanmiguelina).



Imagen: referencial, San Miguel en los años 60's o 70's.

Mi abuelo Carlos Reyes Yllescas, guardia y pequeño comerciante

Mi abuelo Carlos Tomás Reyes Yllescas nació en El Rímac (Lima) en 1903, aunque su partida de bautizo fue registrada en la parroquia Santa Rosa del Callao. De su infancia y juventud no se sabe nada. Solo que migró a San Miguel en la década del 20' del siglo pasado, o sea cuando tenía entre 21 a 23 años. Guardia civil, llegó destacado a Hualgayoc para combatir el bandolerismo local. No volvió más a Lima. 

Mi abuelo era morenito, parece que su ascendencia era afro por el lado de su madre.

Mi papá dice que a mi abuelo no le gustaba hablar de su vida en Lima. Sin embargo, un tío de cariño y muy amigo de mi abuelo, Jesús Malca Salcedo "Cudo" me comentó que en la capital tuvo una hija, farmacéutica, pero de la que no sabemos nada. Además, que tuvo alrededor de 3 hermanos, también Reyes Yllescas (una de ellas se llamó Angélica). Y que además fue aprista en su juventud y accio-populista después.

Cuenta el tío "Cudo" también que su primer compromiso fue con la sanmiguelina Zenobia Malca, pariente de don Luis Malca Alvarado, y que con ella tenían una tiendecita de venta de telas. Esta relación duró poco tiempo.

Retirado de la guardia civil, se dedicó al pequeño comercio con una tiendecita surtida que tenía en las inmediaciones de la plaza de armas de San Miguel. Allí se acercaban grandes y chicos a comprar. 

Tuvo muy buena relación con los sanmiguelinos de su época, muchos de ellos personajes notables y autoridades. Fue tesorero durante muchos periodos del Club Unión Fraternal, su nombre aparece desde los años 30's o 40's. Y con ellos se juntó para sacar adelante el primer colegio secundario privado y luego el público: él participó como su primer instructor pre-militar. Hijo de Genaro Hernán Reyes Álvarez, abogado limeño, y María Yllescas, limeña también, falleció a la edad de 77 años el 11 de junio de 1980 en San Miguel. Sus restos yacen en el cementerio de la localidad.

Mi abuela Luz me comentó que mi abuelo Carlos Reyes tenía ascendencia italiana (por el lado paterno), pero esa información aún no la he corroborado con documentos.

Imagen: Mi abuelo Carlos Reyes, llegado a San Miguel hacía pocos años. 1932. La foto la conservaba mi mismo abuelo.

Mi abuela Luz Quiroz, docente

Luz Victoria Quiroz Goicochea nació en San Miguel en 1922. Hija de Víctor Artidoro Quiroz Quiroz y Carmen Goicochea Rojas, tuvo dos hermanos más de padre y madre, pero fallecieron a muy temprana edad, probablemente por epidemias de la época (una de ellas fue Rosa Antonia).

Ella era bajita, tenía el cabello un poco ondulado, con un lunar en la quijada, trigueña.

Mi abuela Luz tuvo dos compromisos: el primero con Edmundo Polar, arequipeño, guardia civil, que llegó a San Miguel a fines de la década del 30' del siglo pasado. Con él tuvo 5 hijos: Walter, Jorge, Miriam, Doris y Teresa, todos Polar Quiroz (medios hermanos de mi padre). De los 5, 2 fallecieron, Teresa cuando era adolescente y Jorge, hace poco (2021) en el contexto de la pandemia. De Edmundo Polar se sabe que también vivió y tuvo descendencia en Chiclayo y Cajamarca.

Del tío Walter Polar y Dora Usquiano descienden mis primos Walter, Giovana, Aracelli, Jessica y Richard, todos Polar Usquiano. Del tío Jorge Polar y Nery Cubas descienden mis primos Jorge "Coqui", Marilyn, Marisol, Carlos "Calín" y Miroslava "Mirucha", todos Polar Cubas. Y de su compromiso con Irene Huangal, descienden mis primos Jorge "Coco" y Gerald, ambos Polar Huangal. De la tía Miriam Polar y Germán Ortega descienden mis primos Antonio, Elva, Milko y Ana, todos Ortega Polar. De mi tía Doris y Luis Elera descienden mis primos Luis "Lucho", Úrsula "Lita", Luz "Tata" y Rolando "Roli" (fallecido), todos Elera Polar. 

Después mi abuela Luz se comprometió con Carlos Reyes Yllescas, limeño y guardia civil, mi abuelo. Con él tuvo 4 hijos: Carlos "Calín", Homero "Conejo", Rolando y Ney "Chiteta", este último mi padre. De los 4 han fallecido dos: Calín, producto de un golpe mientras jugaba partido de fútbol en San Pablo, cuando tenía 16 o 17 años el 04 de junio de 1974, y Rolando, producto de una caída y un golpe en la cabeza, cuando tenía 3 o 4 añitos, en la década del 60'. De mi tío Homero Reyes y Manuela Hernández descienden mis primos hermanos Rosa Luz, Luz Aurora y Homero "Piolín", todos Reyes Hernandez. Por parte de mi padre somos tres hermanos, Ney el mayor, yo el segundo y Kati, la última.

Mi abuela Luz estudió la primaria en la "Escuela Primaria de Mujeres ex 74" en San Miguel y parte de la secundaria en "Santa Teresita" de Cajamarca. Después se convirtió en docente de primaria, primero como profesora de tercera y luego como profesora titulada, labor que llevó a cabo durante muchos años, desde la década del 40' del siglo pasado hasta ascender al cargo de directora y finalmente jubilarse en 1983. Comenzó sus labores en caseríos y centros poblados lejanos, como Santa Rosa, Chuad, Santa María, Nitisuyo Bajo y Calquis, luego trabajó ya en la ciudad de San Miguel. 

A veces pienso que su destino como tejedora (oficio de su madre y abuela) no se dio debido a la crisis del comercio con Ecuador, el mismo que se agudizó tras la guerra del 41' y por lo cual, su madre y abuela, habrían decidido que se dedicara mejor a la docencia, oficio que además se aperturaba como una salida laboral nueva e interesante en aquellos años de promoción de la educación en todo el territorio nacional y regional.

Imagen: Mamá Luz y mi papá Ney, en Cajamarca. 1972 aprox. La foto la conservaba mi abuelo CR.

Mis recuerdos de Mamá Luz

Recuerdo mucho a mamá Luz porque venía a Cajamarca a visitarnos siempre. En aquellos años de mi niñez, todavía estaba lúcida. Llegaba con su maletita en uno de esos autos-lanchas antiguos, además con una cajita llena de panes, rosquitas y queso, después de un viaje largo en aquellos años de 6 a 8 horas, pues no había carretera asfaltada. Yo salía a verla a la ventana, emocionado, y bajaba las gradas rapídísimo para ayudarla con la maleta. Subía con ella. Le gustaba ir a Baños del Inca, decía que esas aguas termales eran sanadoras.

Nosotros también íbamos a visitarla a San Miguel, con menos frecuencia pero siempre íbamos. El trayecto era infernal, sobre todo en meses de verano cuando llovía mucho y la carretera estaba llena de lodo. Recuerdo que llegábamos en la noche y ella nos recibía con mucho cariño, con la cama limpia y listecita para dormir, con un riquísimo lonche con café (que lo tostaba con cebada), panes, bizcochuelos y quesos, muy ricos, y mataba y preparaba cuycito para el almuerzo del día siguiente. Mamá Luz vivía entonces acompañada de su mamá, "mamá Carmen", mi bisabuela, quien tenía una camita muy cerca a la puerta de ingreso, en el primer piso. La recuerdo ahí, en su camita o sentadita, bastante viejecita. 

Como buena sanmiguelina, a mi mamá Luz le gustaba escuchar pasillos, polkas y sanjuanitos ecuatorianos, además de boleros y vals. Tenía un tocadiscos y discos de vinilo de los mejores grupos de aquellos géneros musicales. Le gustaba cantar "El jarro verde" (vals, segundo himno de San Miguel) y "La flor del café", un yaraví norteño.

Mamá Luz falleció a la edad de 96 años con un alzheimer y una fractura a la cadera que la aquejó durante sus últimos años, el 21 de julio del 2016. En paz descanse mi querida Mamá Luz. 

Imagen: Mamá Luz como docente de la escuela primaria de San Miguel. 1970 aprox. La foto la conservaba mi abuelo CR.

Mi bisabuelo Artidoro Quiroz, carpintero

Cuentan mis tíos que lo conocían como "shansho" por sus cabellos crespos. Víctor Artidoro Quiroz Quiroz nació en 1902 y fue bautizado en 1903, carpintero de oficio, realizaba trabajos de cómodas, sillas, ataúdes, entre otros, también ejerció alguna vez y de forma pasajera el cargo de juez de paz. Fue hijo de Celso Quiroz Barrantes, sanmiguelino, y de Melchora Quiroz Jave, sanpablina.

Él se comprometió primero con Carmen Goicochea Rojas, "mamá Carmen", con ella es que tuvo a su única hija Luz Quiroz Goicochea (mi abuela).

Después se comprometió con Clara Huerta Espinal, con quien tuvo varios hijos, entre ellos mi tío Ángel Rosalino Quiroz Huerta, tía Gioconda Quiroz Huerta y tío Celso Efraín Quiroz Huerta "Shequihue". El primero padre de mis tíos Elizabeth, Carlos y Miguel Quiroz Ascurra y la segunda madre de mis tíos Luis Alberto, Antero, Silvia y Carlitos Ramírez Quiroz, con quienes siempre nos vemos.

"Papá Artidoro" como le llamaban y que no conocí, tuvo la triste enfermedad del alzheimer en su vejez (que heredó a mamá Luz) y producto de ésta se extravió en las calles de Lima. No se volvió a saber más de él.

Imagen: Papá Artidoro está con un grupo de amigos y vecinos. Él está con terno (saco abierto) a la derecha, parado. Sobresale porque es el más gordito. 1960 aprox. La foto está en el blog San Miguel de Cajamarca de Víctor Hugo Alvítez.

Mi bisabuela Carmen Goicochea, tejedora

María del Carmen Goicochea Rojas, "mamá Carmen", fue tejedora, también tenía una tiendecita. Ella nació en 1902 y fue bautizada en 1903. Fue hija única de la relación entre Úrsula Rojas Becerra y Manuel María Goicochea La Torre, sanpablino. También tuvo dos hermanos de madre, Antonio Rivasplata Rojas y Edmundo Rivasplata Rojas.

A ella la recuerdo bastante viejecita, sentadita muy cerca a la puerta de ingreso. En esos años me parece que ya no podía caminar mucho. Blancona era, con sus cabellitos igual de blancos, andaba bien abrigada siempre. Ella tejía chales, pañuelos, manteles, entre otros tejidos, había heredado el arte textil de su mamá Úrsula y probablamente de su abuela Inocenta Becerra (porque era un arte que se heredaba entre mujeres). Vivió en una misma casa con su mamá, al costado de la de mi mamá Luz, durante muchos años. Mamá Carmen es también tía de Antonio Goicochea Cruzado, reconocido poeta y declamador sanmiguelino. Falleció a los 94 años en 1996. Yo era muy niño, vivía en Cajamarca, no viajé a San Miguel, pero sí mis papás quienes asistieron a su velorio y entierro.


Imagen: Mamá Carmen con uno de sus tejidos. Foto que conserva tía Miriam Polar.


Mi tatarabuelo Celso Quiroz, pequeño comerciante

Celso Neftalí Quiroz Barrantes fue sanmiguelino. Nació el 30 de noviembre de 1877 y fue bautizado al año siguiente. Falleció a los 36 años el 15 de agosto de 1914 producto de una "congestión cerebral" (así se indica en su partida de defunción). Fue hijo del cajamarquino Toribio Quiroz Jave, sastre y comerciante, y la sanmiguelina Andrea Barrantes Bustamante.

Pequeño comerciante también, tuvo 3 relaciones sentimentales: primero con Melchora Quiroz Jave, después con Clotilde Caballero y finalmente con una señora apellidada Suárez. La primera sanpablina, la segunda sanmiguelina y la última sunudecina.De su primera relación con Melchora Quirós, sanpablina, nacieron sus hijos mayores: Enrique, Carmen (casada con Rafael Correa) y Artidoro, todos Quirós Quirós (este último el padre de mi mamá Luz).  Del primero desciende mi tía Marlene Cruzado Quiroz, policía en retiro, vive en Lima. De su segundo compromiso con Clotilde Caballero Quirós (hija de Juan Antonio Caballero y Filomena Quirós) sanmiguelina y todo indica que con un patrimonio holgado, fue con ella con quien llegó a casarse en 1908 (hemos encontrado la partida de la unión), de esta relación nacieron sus hijos menores: Celso, Juan Antonio, Clotilde (fallecida cuando era pequeña) y Rafael, todos Quiroz Caballero. 

El primero, Celso Quiroz Caballero, fue padre de mis tíos Nelly, Luis y Violeta Quiroz Lara. El segundo, Juan Antonio Quiroz Caballero, fue padre de mis tías Haydée Quiroz Malca, antropóloga, y Estela Quiroz Malca, médica, también fue papá de mi tío Alberto Quiroz Gamarra, "Cherro" y Marina Quiroz, tejedora (de tía Marina descienden mis tíos Gálvez Quiroz, entre ellos Rafael, Julio, Leopoldo "Sata" y Pablito). Y el último Rafael Quiroz Caballero, casado con Zoila Contreras Montenegro, fue padre de mis tíos Olga, Flor, Elizabeth, Mariela, Rafael, Javier y Clotilde, todos Quiroz Contreras. Él, Rafael, fue alcalde distrital de San Miguel durante los años 1945-1948. La otra hija, Clotilde Cristina Quiroz Caballero falleció a temprana edad.

De la señora Clotilde Caballero (mamá de mis tíos bisabuelos) se conoce que prestó, durante algunos años, una de sus casas para el funcionamiento del primer colegio secundario privado de San Miguel, de allí que la conozcan como "benefactora de la educación sanmiguelina".

De su tercer compromiso, con una señora apellidada Suárez de Sunudén, nació una de sus últimas hijas: Eufemia Quiroz Suárez, madre de mi tío Manuel Castañeda Quiroz "Mañuquito" y, por lo tanto, abuela de mi tía Rosita Castañeda Gamarra, conocida obstetriz y activista sanmiguelina.

Mis tíos Walter y Rosalino decían que él, Celso Quiroz Barrantes, mi tatarabuelo, era cajamarquino, sin embargo no fue así. Nació en San Miguel. El cajamarquino fue su padre, Toribio Quiroz Jave, quien probablemente lo llevaba de niño o joven a Cajamarca porque ahí se encontraba su otra ascendencia (abuelos, tíos y demás que aún ando buscando). Y por esta razón también papá Artidoro decía, cada vez que le preguntaban si éramos familia de los Quiroz de San Miguel, que no, porque nosotros éramos "Quiroz de la ciudad" (se refería a la ciudad de Cajamarca y de San Miguel), pues San Miguel entonces estaba más ruralizado y lleno de haciendas: origen de los Quiroz sanmiguelinos.

De Celso Quiroz también hemos hallado un vínculo que lo une con dos familias de San Miguel. Por un lado, con la de Alfonso Barrantes Lingán, "Frejolito", ex alcalde de Lima 1983-1985 y candidato a la presidencia del Perú en 1985. Por otro, con la del tío Arístides Alvarado Ortega, abogado, fallecido hace poco en una cruel circunstancia. El vínculo familiar con Alfonso Barrantes Lingán le viene por parte de su madre, Andrea Barrantes Bustamante, samiguelina, hermana de Carmen Barrantes Bustamante, ésta a su vez madre de Aurelia Castañeda Barrantes, la bisabuela y abuela de Frejolito, respectivamente. Es decir, mi tatarabuelo Celso Quiroz Barrantes fue primo hermano de Aurelia Castañeda Barrantes, la abuela de Frejolito. Por lo tanto, Frejolito fue primo de mi abuela Luz Quiroz Goicochea porque descendían de dos hermanas (sus bisabuelas). De hecho, mi abuela me contó que él la trataba de "prima Luchita".

El otro vínculo, con Arístides Alvarado Ortega, le viene también por la hermana de su madre Andrea, Carmen Barrantes Bustamante. Lo que pasa es que Carmen fue madre de dos hijas con dos parejas distintas. Su primera hija fue Aurelia Castañeda Barrantes (abuela materna de Frejolito) producto de su relación con Máximo Castañeda, y su otra hija fue Hercilia Cruzado Barrantes (bisabuela del tío Arístides) producto de su relación con un señor apellidado Cruzado. Esta última fue a su vez madre de Arístides Ortega Cruzado, así como abuela de Hercilia Ortega Novoa. En ese sentido, Arístides es primo de mi padre, Ney Reyes. Con él teníamos trato y relación de familia como si fuéramos muy cercanos, hasta hace poco.

Finalmente, hemos hallado también los nombres de los abuelos de mi tatarabuelo Celso: fueron Anacleto Barrantes y María Eusebia Bustamante, probablemente descendiente el primero de la pareja José Barrantes y Juana Linares, españoles que habrían llegado a San Miguel en el periodo colonial tardío a raíz del descubrimiento de las minas de Hualgayoc. Ambos, Anacleto y María Eusebia, tuvieron tres hijas, pero solo tenemos conocimiento de dos: Carmen y Andrea Barrantes Bustamante. Como ya dijimos, Carmen es ascendiente de Frejolito y tío Arístides y Andrea es la mamá de mi tatarabuelo Celso.

Imagen: tatarabuelo Celso Quiroz Barrantes, 1910-1915 aprox. Foto que conserva tío Alberto Quiroz "Cherro" y que fue cedida a mi tío Carlos Ramírez.

Mi tatarabuela Úrsula Rojas, tejedora y partera

Úrsula Rojas Becerra, "mamá Úrsula", fue una reconocida tejedora y partera llapina. Nació en el entonces caserío de Sabaná (dentro de una hacienda) en 1877 aproximadamente. Parece que ambos oficios, de tejedora  y partera los aprendió de su mamá Inocenta Becerra, también llapina (lo decimos porque eran oficios de mujeres y se heredaban entre ellas). 

Por el año de su nacimiento, creemos que ella tenía 5 años cuando llegaron los chilenos a San Miguel y se produjo la batalla de San Pablo, en 1882. Un tío me contó que ella hablaba mucho de la conmoción que sintió cuando ocurrió ese episodio.

Según la partida de defunción, su padre fue Luis Gonzaga Rojas, y sería a través de él que tenemos alguna familiaridad con María Luis Rojas Barrantes, la esposa de don Jacob Novoa Malca. Según Óscar Novoa, mamá Úrsula se trataba de prima con María Luisa (algo que también menciona tío Walter Polar), por lo que llegamos a ser parientes también con los Novoa Rojas.

Por otro lado, también por el lado de mamá Úrsula, creo que llegamos a ser parientes de tía Luzmilita Bravo Barrantes y de los hermanos Alvítez Moncada, entre ellos Víctor Hugo "Pisadiablo" y Mario "Pashón", debido a que el abuelo de tía Luzmilita (y por lo tanto bisabuelo de los hermanos Alvítez Moncada) fue Manuel Barrantes Becerra, llapino, "Tata Maño". Sin embargo, Víctor Hugo me dice que llegamos a ser parientes por Quiroz y por Barrantes también, cosa que aún investigamos.

Por otro lado, mamá Úrsula, según cuenta el tío Walter Polar, tuvo una media hermana llamada Luzmila Rojas, quien migró a Cajamarca y tuvo aquí, con un señor apellidado Cieza, 4 hijos: Salomón Cieza Rojas (más conocido como tío "Shalito"), Emerita Cieza Rojas y Víctor Catalino Cieza Rojas. 

De allá, de Llapa, salió de forma temprana, comprometiéndose primero con Manuel Goicochea La Torre, sanpablino, administrador de la hacienda Libes y con quien tuvo una hija: Carmen Goicochea Rojas, sanmiguelina y también tejedora (mamá de mi abuela Luz). Esta relación la tuvo cuando tenía ella entre 20 y 25 años, a fines del siglo XIX.

Su segundo compromiso fue con Juan Miguel Arribasplata Castro, llapino, y con quien tuvo tres hijos: la primera, Rosa Lusmila Arribasplata Rojas, nacida en 1913 pero fallecida al poco tiempo, Antonio Arribasplata Rojas (cambió su apellido a Rivasplata), nacido el 12 de junio de 1916 y fallecido a raíz de un accidente (se cayó de las gradas de la casa) a los 36 años en 1952 (hemos encontrado su partida de defunción) y un tercer hijo cuyo nombre desconocemos, pudo ser Edmundo. Esta relación la tuvo ella cuando tenía entre 30 y 35 años. Sabemos que Antonio, su hijo menor, se casó con Lola Mendoza, con quien tuvo 4 hijos: Elmer, Antonio, Fernando y Maritza, todos Rivasplata Mendoza. El segundo, Antonio, es físico graduado en la antigua Unión Soviética y hasta hace poco fue Decano de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Nacional de Trujillo. 

De Mamá Úrsula se cuenta que producía tejidos de alta calidad, con telar de cintura y con la técnica del teñido "ikat", de origen mochica:

"..que consiste en amarrar los hilos de la urdimbre antes de proceder a tejer con el modelo que se desee lograr: pueden ser flores, pájaros, plantas, insectos, diseños geométricos etc. El campo no amarrado puede teñirse logrando los contrastes tan apreciados entre el blanco y el azul, luego se concluye el trabajo en los extremos, donde se hace una blonda, con un punto a la uña o anudado, que representa también figuras tradicionales como escudos de Ecuador y del Perú, barcos, versos, floreros, pájaros, águilas y frases, generalmente de amor, de acuerdo al gusto y creatividad de la tejedora" (Marcela Olivas, blog San Miguel de Cajamarca de VHAM)

 Así mismo, los tejidos los vendía ella misma, yéndose en mula hasta las principales ferias de la costa norte y el Ecuador, probablemente en su juventud, entre fines del siglo XIX e inicios del XX (esto me contó tía Miriam Polar). En sus tejidos acostumbraba a poner versos pero en especial éste:

Águila del valle andino
que partes al Ecuador
en tu pico vas llevando
el paño sanmiguelino

También se conoce bastante su labor de partera (obstetriz sin estudios profesionales). Algunos dicen que asistió en el nacimiento de medio San Miguel, por esta razón la llamaban en el pueblo "mamá Úrsula" como si todos fueran sus hijos o nietos y ella, además, se tomaba el atrevimiento de resondrar, como una madre, a los niños y adolescentes que veía que cometían alguna falta. Por esta labor no solía cobrar, siempre decía "que sea su voluntad", de manera que le pagaban en especies y otras veces, aunque pocas, en dinero. Muchas personas que querían que asista en el parto de algún familiar llegaban hasta la casa a llevarla, cuando era lejos, la llevaban a caballo. 

Aplicaba técnicas para el parto muy sofisticadas, a pesar de que no era obstetriz. Cuenta una de mis tías que a veces le tocaban partos dífíciles, en los que tenía que dar vuelta al bebé dentro de la barriga de la madre, y lo hacía bastante bien. También era contratada para que realice rituales cristianos de difuntos. Por eso yo digo que su trabajo fue completo: así como traía niños al mundo con sus manos bendecidas, les daba el último adiós con la misma bendición.

Mi papá la describe siempre como una mujer blanca y alta, que hasta cuando era viejecita andaba firme (sin joroba). Como muy estricta, además, castigaba a sus hermanos cuando se portaban mal, tenía un amarrado o trenza con el que les daba, dice. Walter Lingán me contó alguna vez también que le escondía la ropa a sus bisnietos como castigo, sin embargo, los granujas salían a la calle igual aunque vistiendo los fondos de falda de ella misma, a hurtadillas.

Además mi papá cuenta que le gustaba preparar unas sopitas súper sencillas: con aguita, quesillo y sal, y que tenía unos matecitos que le servían de plato. También que tenía un gatito que la acompañaba siempre. Un día, también narra, su hermano Calín le dio un tremendo susto cuando se disfrazó por carnavales. Ella se topó con él en una esquina de forma imprevista y, al verlo, impresionada, cayó de espaldas y se golpeó la cabecita. Esto ocurrió cuando ella ya estaba bastante mayor.

Fue muy religiosa, devota de la virgen del Arco y de San Miguel Arcángel, aún queda el altar que se conserva en casa de mamá Luz. Falleció a la edad de 105 años en 1982 (aunque el dato de su nacimiento me falta corroborar con documentos).

Imagen: mamá Úrsula en un viaje que realizó a Lima, está acompañada de dos vecinas sanmiguelinas. 1960 aprox. La foto la conserva mi tío Walter Polar.


Más fotos familiares



Imagen: mi papá Ney Reyes cuando era niño. San Miguel, 1970 aprox. La foto la conservaba mi papá.
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Imagen: Papá Reyes, mamá Luz y tío Homero Reyes. La foto la conservaba mi abuelo CR.
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Imagen: mi abuelo Carlos Reyes y amigos, en el centro don Telmo Quiroz Castañeda. La foto la conservaba mi abuelo CR.
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Imagen: mi bisabuelo Genaro Reyes Álvarez (papá de mi abuelo Carlos Reyes), abogado limeño. Foto que conservaba mi abuelo CR.
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Imagen: tío abuelo Juan Antonio Quiroz Caballero (hermano de padre de mi bisabuelo Artidoro). Papá de tía Haydée Quiroz, Alberto Quiroz "Cherro" y tía Marina Quiroz, tejedora. La foto la conserva tía Haydée.
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Imagen: tíos Celso, Juan Antonio y Rafael Quiroz Caballero, cuando eran bastante jóvenes, en un equipo de fútbol. 1935 aprox. La foto está en el blog San Miguel de Cajamarca de Víctor Hugo Alvítez.
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Imagen: tío bisabuelo Antonio Rivasplata Rojas (hijo de mamá Úrsula y medio hermano de mamá Carmen), junto a su esposa Lola Mendoza. 1945 aprox. La foto la conserva tío Antonio Rivasplata Mendoza.
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Imagen: de izquierda a derecha: mamá Luz, bisabuela Carmen y tatarabuela Úrsula, en la plaza de toros de San Miguel, 1970 aprox. La foto la conserva tío Walter Polar.
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Imagen: Alfonso Barrantes Lingán, "Frejolito", ex alcalde de Lima 1983-1985 y candidato a la presidencia del Perú 1985. Fue primo de mi abuela Luz Quiroz. Foto de www.DePerú.com 
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Imagen: mi papá y sus hermanos en el velorio de mamá Luz. De izquierda a derecha: Doris Polar, Jorge Polar, Homero Reyes, Walter Polar, Miriam Polar y Ney Reyes. San Miguel, 2016.
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Imagen: tío Antonio Goicochea (sobrino de mi bisabuela Carmen Goicochea), reconocido poeta sanmiguelino, declamando en el entierro de mamá Luz. A la derecha aparecen mis tíos Doris Polar y Homero Reyes.
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Imagen: de izquierda a derecha: tío Rosalino Quiroz Huerta (medio hermano de mi abuela Luz), Flor Ascurra (esposa de tío Rosalino), tía Rosita Castañeda Gamarra (prima de mi papá), Pepé Rodríguez (esposo de tía Rosita) y yo, Carlos Reyes. 2016.
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Imagen: tíos Luis, Silvia, Antero y Carlos Ramírez Quiroz, hijos de Gioconda Quiroz Huerta (media hermana de mi abuela Luz). Lima, 2023.

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Imagen: tías Nelly y Violeta Quiroz Lara (hijas de mi tío bisabuelo Celso Quiroz Caballero), junto a sus hijas y nietas. Club San Miguel en Lima. 2017.
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Imagen: mis papás, Miriam Álvarez y Ney Reyes, devotos de San Miguel Arcángel. Cajamarca. 2017.
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Imagen: de izquierda a derecha: mi hermano Ney Reyes y su esposa Jessica, yo, papá Ney, Kati Reyes, hermana, y mamá Miriam. Cajamarca. 2016.



miércoles, 12 de julio de 2023

Jacinto, Tiburcio y Evaristo, héroes sanmiguelinos de la guerra con Chile

Por Carlos Reyes Álvarez, filósofo por la Universidad de San Marcos y maestrando en Historia de los Andes en FLACSO, Ecuador.

A pesar de haber sido héroes de la guerra con Chile, las figuras de Jacinto Barrantes, Tiburcio Barrantes y Evaristo Novoa son poco conocidas. En este pequeño artículo ofrecemos nuevos datos de ellos a partir del hallazgo de 4 expedientes matrimoniales: de Esther y Aurelia, hijas de Jacinto, y de los esposos Tiburcio y María y Evaristo y Manuela.

Antes y después de la guerra con Chile (1879-1883) existieron en San Miguel familias de hacendados y comerciantes que se beneficiaron de la ubicación estratégica del pueblo: cerca a los valles azucareros de la costa y a las minas de Hualgayoc. Conformaron una especie de “élite local", que tendría su origen en migrantes españoles y criollos que llegaron a San Miguel a fines del periodo colonial. 

Entre estas familias existieron alianzas y rencillas, como entre los Barrantes y Quiroz, los primeros iglesistas y los segundos caceristas y lo mismo entre estas familias con las de lugares cercanos, como la famosa rivalidad entre sanmiguelinos y sanpablinos a fines del siglo XIX. Dichos hacendados, estuvieron inmersos en el fenómeno del bandolerismo (Taylor, 2023, 90).

Tres de estos hacendados fueron Jacinto Barrantes, Tiburcio Barrantes y Evaristo Novoa. Los dos primeros encabezaron las columnas de San Miguel y Llapa, respectivamente, durante la batalla de San Pablo el 13 de julio de 1882, y el último pagó parte del cupo de guerra para que no incendiaran el pueblo. 

Como sabemos, la batalla de San Pablo fue uno de los últimos episodios de aquella infausta guerra que la perdimos pero que, de alguna forma también, aperturó un nuevo periodo para la vida republicana y nacional.


Imagen: peruanos en la guerra con chile (fuente: dafo.cultura.pe)

Las señoritas Esther Barrantes y Aurelia Barrantes, hijas de Jacinto, se casan en 1893


Para 1893, año en que se casan Esther y Aurelia, las hijas de Jacinto, ya había concluido la guerra con Chile que tuvo en la batalla de San Pablo uno de sus momentos más importantes. A este lugar había llegado Jacinto comandando la columna de San Miguel con cerca de dos docenas de hombres voluntarios. A pesar de las pérdidas humanas, aquella batalla la ganamos.

Victoriano Sarabia, soltero, inició una solicitud en febrero de 1893 para poder casarse con Esther Barrantes, la hija de Jacinto Barrantes, héroe sanmiguelino. Allí menciona que tiene parentela con la novia y que por eso procedía a solicitar permiso al Obispo. Para este casamiento, además, presenta como testigos a Manuel Ramirez, agricultor, Eugenio Cubas, comerciante, e Ysmael Amézaga, “vecino de Lima”. Para este acto Jacinto da el consentimiento de  casarse a su señorita hija.

En el expediente los novios explican que descienden de dos abuelas que han sido hermanas: María Ríos y Eusebia Ríos. De María descendía Victoriano y de Eusebia, Esther. En ese sentido, ambos compartían la misma bisabuela: Lucía Ríos. Lo grafican así:



Imagen: árbol genealógico de los novios Victoriano Sarabia y Esther Barrantes dentro del expediente matrimonial.

En marzo de 1893 el Obispo otorga la dispensa para que se casen.

Además, hallamos la partida de matrimonio (N° 297) de ambos en donde se señalan nuevos datos: Victoriano Sarabia, novio, de 31 años (n. 1862), soltero, comerciante, fue hijo de Baltazar Sarabia y Hermenegilda Ríos, se casó con Esther Barrantes, hija de Jacinto Barrantes y de Inés C. Barrantes (en otra partida encontramos que es Rosa Castañeda), de 18 años (n. 1875), soltera. Los padrinos fueron Fidel Barrantes y Josefina Barrantes. Año 1893 (imagen 493, matrimonios).

En el expediente matrimonial de otra hija de Jacinto Barrantes, Aurelia, casada el mismo año de 1893 con José Cubas, se presenta un caso similar al de Esther: la pareja tuvo impedimento para casarse por su grado de consanguinidad, por lo que también tuvieron que solicitar permiso al Obispo.

En este caso la pareja también muestra el árbol genealógico que los une. Allí dicen que su familiaridad es lejana (más que la de Victoriano y Esther). Aurelia y José, novios, serían descendientes de dos hermanas, bisabuelas de ambos: Justa Cruzado y María Cruzado. De Justa descendía Aurelia, de María, José. En ese sentido, compartían el mismo tatarabuelo: Domingo Cruzado.


Imagen: árbol genealógico de los novios José Salomé Cubas y Aurelia Barrantes, en el expediente matrimonial.

En la partida de matrimonio  de ambos (n° 304) figuran los datos: José Salomé Cubas, de 32 años (n. 1861), soltero, agricultor, hijo de Gregorio Cubas y de Esequiela Malca, se casó con Aurelia Barrantes, de 24 años (n. 1869), soltera, hija de Jacinto Barrantes y Rosa Castañeda. Los padrinos fueron Eugenio Cubas y Josefa Barrantes de Cubas y los testigos Pedro Quiros y Clemente Malca. Año 1893 (imagen 495, matrimonios).

También ubicamos la partida de bautizo de otro hijo de Jacinto, Francisco Abdón Barrantes Castañeda, bautizado el 19 de septiembre de 1878 en San Miguel. Los padrinos fueron José Quiroz y Manuela (o María) Rodríguez (partidas 1837-1879, i 2247).

Por otro lado, hallamos la partida de bautizo de José Jacinto Barrantes Ríos, héroe sanmiguelino de la guerra con Chile, padre de Esther y Aurelia. Aquí se señala que fue hijo de Mariano Barrantes y Eusebia Ríos. Nació el 16 de agosto de 1841 y bautizó 4 días después, el 20 de agosto. Por otro lado, sabemos por family search que tuvo 5 hermanos: María, Manuel, Eudoro, José Manuel y Pedro. Así mismo, encontramos la partida de matrimonio de Jacinto con Margarita Saldaña, natural de Santa Cruz, casados en 1909 en San Miguel. Allí se consignan los mismos datos de los padres de Jacinto por un lado, y por otro, los datos de los padres de su esposa, Margarita Saldaña: Delfín Saldaña y Mariana ¿Arosco? (no se lee bien). Esto quieren decir que no estuvo casado con Rosa Castañeda, una de sus primeras parejas y con quien tuvo a sus hijas que se casan, mencionadas anteriormente.

El dato nuevo que encontramos en el expediente es que el papá de Jacinto fue Mariano Barrantes Cruzado, y por investigaciones nuestras sabemos que fue, a su vez, hijo de Manuel Barrantes y Josefa Cruzado, por lo tanto, nieto de José Manuel Barrantes Linares y bisnieto de Juan Barrantes y María Linares, estos últimos españoles migrantes a San Miguel a fines del periodo colonial.

No conocemos la fecha de fallecimiento de Jacinto, tampoco el número de hijos que habría tenido (solo sabemos de Esther, Aurelia y Francisco), tampoco el grado de familiaridad que habría tenido con Tiburcio Barrantes. Estos y otros temas están pendientes por investigar.

Tiburcio Barrantes se casa en primeras nupcias con María Ysabel Malca


Durante la batalla de San Pablo, Tiburcio Barrantes lideró la columna de Llapa.

Tiburcio Ygnacio Barrantes Salazar nació el 11 de agosto de 1847 y falleció en 1949, a la edad de 102 años, contrajo nupcias con María Ysabel Malca en 1880, en Llapa. De esta relación nacieron Ector, Lucila y Augusto Barrantes Malca (hasta el momento tenemos información de 3 hijos). Ector fue bautizado en 1877, 09 de junio. Lucila, nacida en 1876, casó con Pedro Rojas Cabanillas. Dicho matrimonio se celebró en 1896. De este matrimonio nacieron varios hijos, entre ellos María Luisa Rojas Barrantes (esposa de don Jacob Novoa Malca) y Marina Ysabel Rojas Barrantes. Por otro lado, de Augusto tenemos conocimiento que fue abuelo de Socorro Barrantes Zurita, reconocida poetisa cajamarquina.

Sabemos que posteriormente Tiburcio se comprometió con Aurelia Castañeda Barrantes, 20 años menor que él. Ella fue sanmiguelina, hija de Máximo Castañeda y Carmen Barrantes, nacida en 1867 y fallecida en 1914. De esta relación nació Alfonso Barrantes Castañeda, el padre de Alfonso Barrantes Lingán, “Frejolito” (ex alcalde de Lima 1983-1985 y candidato a la presidencia del Perú en 1985). En efecto, Tiburcio fue abuelo paterno de "Frejolito".

Importante anotar aquí que mi familiaridad con Frejolito me viene por el lado de Aurelia Castañeda Barrantes, prima hermana de mi tatarabuelo Celso Quiroz Barrantes, debido a que ambos, Aurelia y Celso, fueron hijos de dos hermanas: Carmen y Andrea Barrantes Bustamente, respectivamente.


Imagen: Tiburcio Barrantes Salazar (foto cedida por Socorro Barrantes, nieta).

Es de él, de Tiburcio, de quien tenemos menor información genealógica. A pesar de que nació en Llapa, parece que tuvo familiaridad con los Barrantes de San Miguel, en este caso con Jacinto Barrantes. Fueron amigos, compadres y parientes. 

Evaristo Novoa se casa con Manuela Leyba


Evaristo Novoa es otro héroe de la guerra con Chile, se conoce que pagó parte del cupo de guerra para que los chilenos no incendiaran San Miguel (Dammert, 1983).

Evaristo Novoa Leyba fue un hacendado y minero sanmiguelino, hijo de la pareja Bartolomé Noboa, español, y Timotea Leyba. Se casó con Manuela Malca, con quien tuvo 7 hijos: Bartolomé, Cincinato, Jacob, Ciro, Sofía, Judith y Elvia.

En el expediente matrimonial que hallamos, Evaristo se casa con Manuela pero tienen una dificultad: también son primos y necesitan el permiso del Obispo. Así que al igual que Esther y Aurelia, ilustran su árbol genealógico en el expediente.

Evaristo y Manuela, novios, ilustran su parentela lejana: son primos en segundo grado ya que descendían de dos hermanos, abuelos de ambos: Manuel Leyva y María Leyva, mientras de Evaristo descendía de Manuel, Manuela de María. En ese sentido, ambos compartían el mismo bisabuelo: Pascual Leyva. Los testigos de aquella boda fueron Juan Costales, Plácido Guevara y Manuel Trinidad Barrantes.


Imagen: Árbol genealógico de los novios Evaristo Novoa y Manuela Malca, en el expediente matrimonial.

Dentro del expediente se señala además que Manuela Malca, novia, es hija de Juan de Dios Malca y de Francisca Leyba. Gracias a esta información conectamos esta genealogía con la de otra familia sanmiguelina: la de Juana Malca Leyba, hermana de Manuela. 

Juana Malca Leyba, hija también de Juan de Dios Malca y Francisca Leyba, se casó con Fortunato Caballero Barrantes en 1888. Él fue minero, hijo de Gregorio Caballero y María Natividad Barrantes. De esta pareja, de Fortunato y Juana, descienden Gregorio Caballero Malca y Alfonsina Caballero Malca. El primero abuelo de Carlos Obando Caballero, conocido abogado sanmiguelino y la segunda abuela de Ymelda Rojas Mestanza, esposa del poeta Antonio Goicochea Cruzado.  


Imagen: Evaristo Novoa en el centro, al lado de Manuela Leyba, su esposa. Los niños son hijos de ambos: Bartolomé, Cincinato, Jacob, Ciro, Sofía, Judith y Elvia. Las mujeres de atrás podrían ser familiares de Manuela (foto cedida por Óscar Novoa, bisnieto de Evaristo).

Conclusiones


1. Jacinto, Tiburcio y Evaristo fueron héroes de la guerra con Chile por su participación valerosa en la batalla de San Pablo en el caso de los dos primeros y por el gesto de pagar parte del cupo de guerra en el caso del tercero, todos miembros de la élite sanmiguelina con raíces en la época colonial tardía.

2. Las dificultad para contraer matrimonio en los casos de Esther y Aurelia, hijas de Jacinto y de Evaristo y Manuela, debido a su familiaridad fue en realidad algo común en el pueblo (hemos revisado casos similares) durante el siglo XIX (primer siglo de la república) por lo que podemos deducir que los antepasados de estas familias republicanas databa a lo mucho del periodo colonial tardío y tenían lazos sanguíneos cercanos. Probablemente desde que llegaron se nuclearon como élites  y mantuvieron aquel estatus y, por lo tanto, control político y económico sobre el pueblo, hasta al menos la primera mitad del siglo XX. Además, la mayoría de sanmiguelinos (de la ciudad) descenderían de estas pocas familias que llegaron, como ya dijimos, a fines del periodo colonial.



Imagen: monumento a los héroes sanmiguelinos en la guerra con Chile (fuente: blog San Miguel de Cajamarca de Víctor Hugo Alvítez)

Fuentes

- Expedientes notariales y de matrimonios 1863-1924, en línea: Archivos Parroquiales del Perú 1560-2018, en www.fuenteshistoricasdelperú.com

- Taylor, Lewis. 2023. Gamonales y bandoleros. Violencia social y política en Hualgayoc, Cajamarca, 1900-1930. Lima: Lluvia Editores.

- Alvitez, Víctor Hugo. 2010. Sanmiguelinos en la guerra del Pacífico. Blog San Miguel de Cajamarca. 

- Información genealógica cedida por Óscar Novoa (bisnieto de Evaristo) y Socorro Barrantes (nieta de Tiburcio).

- Genealogias de sanmiguelinos en family search.

lunes, 27 de marzo de 2023

El origen colonial de San Miguel de Pallaques

Por Carlos Reyes Álvarez, maestrante en Historia de los Andes en FLACSO, Ecuador, y filósofo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Los orígenes de nuestros pueblos son todavía grandes incógnitas, uno de estos casos es el de San Miguel de Pallaques, la tierra de los pisadiablos, fundado como una reducción indígena en 1572 por Francisco de Álvarez bajo las órdenes del virrey Francisco de Toledo.

El 2016, el antropólogo Rodríguez publicó un libro Una historia olvidada: el viejo pueblo de San Miguel de Catamuche en Cajamarca en el que planteó la hipótesis de que San Miguel de Pallaques fue una reducción indígena fundada en 1572, pero tuvo una fundación anterior en otro lugar cercano, en San Miguel de Catamuche, el "pueblo viejo" y habría estado a cargo de Francisco Pizarro en su recorrido a Cajamarca en 1532. 

Nosotros, después de un análisis minucioso de La visita a Cajamarca de 1571-72/1578, nos dimos cuenta que San Miguel de Catamuche fue en realidad una reducción indígena fundada en 1565 por Juan de Fuentes y por órdenes de Lope García de Castro, como parte de un primer proceso reductivo, después del cual vino uno segundo, en el que se suprimió y subsumió a San Miguel de Catamuche, junto a otros 9 pueblos, a la reducción de San Miguel de Payaques y de San Rafael de Niepos en 1572. 

En ese sentido, San Miguel de Catamuche no habría sido fundado por Francisco Pizarro en 1532, no solo porque no existe un acta de fundación como tal, sino porque Pizarro no fundó reducciones indígenas.

Las autoridades coloniales llevaron a cabo dos procesos reductivos en la waranga de Chondal (provincia de San Miguel), el primero en 1565 y el segundo en 1572. Sin embargo, los investigadores suelen centrar su atención solo en el segundo proceso reductivo de 1572 y descuidan el primero de 1565, importantísimo, ya que fue uno de los primeros y únicos ensayos reductivos pre-toledanos en el norte peruanoVeremos en detalle cada uno. 



Imagen 1: Antigua plaza de armas de San Miguel de Pallaques, a  fines del siglo XIX. A la izquierda se nota la antigua iglesia, la que probablemente fue de la reducción indígena San Miguel de Payaques.

Juan de Fuentes funda 10 reducciones en Chondal en 1565. El primer proceso reductivo.


La waranga de Chondal fue una de las 7 warangas de Caxamarca y estaba conformada por pachaquías en su interior. Las pachaquías eran unidades sociopolíticas móviles con 100 pobladores aprox.: se desplazaban al interior del territorio de las 7 warangas e, incluso, en los territorios vecinos, con fines productivos-comerciales

En este primer proceso reductivo, Juan de Fuentes redujo entre 60 a 80 pueblos en promedio (que podrían ser pachaquías) de la waranga de Chondal a 10 reducciones indígenas en 1565, fueron las siguientes: 

1. San Matías de Paiaca (por el noroeste del actual distrito capital de San Miguel, por Tongod)
2. San Agustín de Cataxa (al norte del actual distrito capital de San Miguel, por Calquis)
3. San Rafael de Niepos (en donde se ubica actualmente el distrito del mismo nombre)
4. San Juan de Pingomarca (al sur de Niepos)
5. San Josephe de Chanchán (al sur de Niepos)
6. San Gregorio de Mozilla (al sur de Niepos)
7. San Pedro Libie (al sur de Niepos)
8. San Miguel de Catamuche (al suroeste de San Miguel)
9. San Andrés de Llapa (en donde se ubica actualmente el distrito del mismo nombre)
10. San Bernardo de Chumbil (al sur de LLapa).

*Estas ubicaciones las hallamos luego de analizar con detenimiento el recorrido del visitador Diego Velásquez de Acuña entre 1571-72.



Al interior de estas 10 reducciones, De Fuentes introdujo cerca de 48 y 50 pachaquías de distintas parcialidades y warangas de todo Caxamarca, aunque predominantemente de la misma waranga de Chondal. A pesar de que tradicionalmente se menciona que una waranga tiene 1000 pobladores con 10 pachaquías de 100 pobladores cada una, esto varió de waranga a waranga y de pachaquía a pachaquía y lo vemos claramente aquí.

San Matías de Paiaca fue la reducción que tuvo más pachaquías. Según Remy, la pachaquía Paiaca fue un enclave yunga ubicado al noreste de San Miguel. Dice:

"Es importante destacar que en el pueblo Santa Cruz de Succhabamba, la pachaca de Payaca tiene visitados mitmaes yungas, denominación que daban a los habitantes de las zonas bajas y cálidas, cercanas a la costa. Santa Cruz está cerca a Lambayeque. Es probable que estos mitmaes que poblaron Santa Cruz de Succhabamba fueran asimilados por Chondal e incorporados a la pachaca de Payaca" (p. 53)

Dentro de la reducción San Matías de Paiaca, De Fuentes introdujo 11 pachaquías: Paiaca, Pingomarca y Polloques de la waranga de Chondal, Zuruchuco, Guancamarca, Tacabamba y Tingomayo de la waranga de Bambamarca, ayambla de la waranga de Guzmango, Vacas de la waranga de Caxamarca y condesuyos y cañaris (porconeros) de la waranga de Mitmaes.

Después de San Matías de Paiaca, San Andrés de LLapa y San Miguel de Catamuche fueron las reducciones que tuvieron más pachaquías: el primero 6 y el segundo 5. Los otras 7 reducciones tuvieron entre 3 y 4 pachaquías. En total, existieron entre 48 y 50 pachaquías repartidas en estas 10 reducciones de 1565.

El primer proceso reductivo de 1565 quedó así:

1. San Matías Paiaca: Paiaca (Chondal), Pingomarca (Chondal), Polloques (Chondal) Condesuyos (mitmaes), Cañaris (mitmaes), Zuruchuco (Bambamarca), Guancamarca (Bambamarca), Tacabamba (Bambamarca), Tingomayo (Bambamarca), Ayambla (Guzmango), Vacas (Caxamarca), Condesuyo (Mitmaes) y Cañaris (Mitmaes)

2. San Agustín Cataxa: Guayocondo (Mitmaes), Paiaca (Chondal), Pingomarca (Chondal), Niepos (Chondal)

3. San Rafel de Niepos: Namogara (Caxamarca), Pingomarca (Chondal), Niepos (Chondal), Polloques (Chondal)

4. San Juan de Pingomarca: Pisso (Bambamarca), Pingomarca (Chondal), Polloques (Chondal), Niepos (Chondal)

5. San Joseph de Chanchán: Pingomarca (Chondal), Polloques (Chondal), Niepos (Chondal)

6. San Gregorio de Mozique: Chitón (Chuquimango), Pingomarca (Chondal) y Polloques (Chondal)

7. San Pedro de Livie: Chitón (Chuquimango), Chuad (Chuquimango), Polloques (Chondal)

8. San Miguel de Catamuche: Chalchadán (Guzmango), Paiaca (Chondal), Niepos (Chondal), Pingomarca (Chondal), Polloques (Chondal)

9. San Andrés de Llapa: Socad (Malcadán), Zuruchuco (Bambamarca), Tacabamba (Bambamarca), Paiaca (Chondal), Pingomarca (Chondal), Niepos (Chondal)

10. San Bernardo de Chumbil: Tacabamba (Bambamarca), Yscai (Bambamarca), Paiaca (Chondal), Niepos (Chondal)


Imagen 3: Pavimentación de la plaza de armas de San Miguel de Pallaques, a mediados del siglo XX, centro de la antigua reducción indígena.


Francisco Álvarez reduce 10 reducciones a 2 en Chondal en 1572. El segundo proceso reductivo.


Tan solo 7 años después del primer proceso reductivo, las autoridades coloniales llevaron a cabo un segundo proceso reductivo en 1572, esta vez ejecutado por Francisco Álvarez y por órdenes del virrey Francisco de Toledo. 

Álvarez redujo las 10 reducciones de De Fuentes de 1565 a tan solo 2San Miguel de Payaques y San Rafael de Niepos, es decir, suprimió las primeras y las introdujo en estas últimas. Las dos nuevas reducciones permanecieron a lo largo de toda la época colonial. 

San Rafael fue fundado al oeste de la actual provincia de San Miguel de Pallaques, mientras que San Miguel fue fundado en la parte este. Cada reducción tuvo entre 20 y 25 pachaquías, por lo tanto entre 1500 y 2500 pobladores nativos. Ambas reducciones tuvieron un cabildo indígena (cabildo = municipalidad hoy) con alcaldes, regidores, alguaciles, pregoneros, etc. Además, tuvieron iglesia (adscrita a San Francisco de Caxamarca), cárcel, tambo, tierras, tanto para los tributarios (entre 18 y 50 años edad) como colectivas.

La reducción San Miguel de Payaques de 1572 habría abarcado los actuales distritos de San Miguel, Calquis, Tongod, Llapa, Cochán, Tongod, Catilluc, ubicados al este de la actual provincia de San Miguel de Pallaques.

Fundaron San Miguel de Payaques en un sitio estratégico (como estaba escrito en las instrucciones de Toledo): 
  • Sureste: colindaba con San Pablo de Chalaques: desde aquí, pasando por las alturas de Chetilla y El Cumbe, se llegaba a la antigua capital colonial de Caxamarca. Por el sur con Guzmango. 
  • Norte: colindaba con Santa Cruz de Succhabamba: era la puerta de entrada a la macroetnia de Huambos (en el actual oeste de Chota).
  • Nor-oeste: colindaba con la waranga de Bambamarca: desde aquí se llegaba a Chachapoyas, o sea a la ceja de selva.
  • Este: colindaba con San Rafel de Niepos: la reducción indígena vecina, adyacente a la macroetnia Chimú.



 

Además de lo anterior, San Miguel de Payaques contaba con tierras fértiles, colindante a ríos y quebradas, caminos, montes, pastos, es decir, todo un conjunto de condiciones propicias para hacer posible la vida de los nativos en esta zona.

¿Qué fue una reducción indígena?, fue la congregación de varios pueblos en pocos. En el caso de Chondal, la reducción de varias pachaquías de distintas warangas dispersas por aquí y por allá, en llanuras y alturas, en un asentamiento urbano (San Miguel) con casas, alcaldía indígena, iglesia,  tierras y otros bienes y servicios. Las autoridades fundaron las reducciones porque, a través de ellas, administraban mejor el territorio y la población. 




Imagen 4: Alfonso Barrantes Lingán en la parte izquierda, al frente de la iglesia moderna de San Miguel, rodeado de sus paisanos. Alfonso es uno de los personajes más emblemáticos de la provincia: ex alcalde de Lima y ex candidato a la presidencia en 1985.

Españoles y criollos desposeen de tierras a indígenas de San Miguel de Payaques


Después de una primera gran migración de españoles a Caxamarca, a principios del periodo colonial, era un hecho que migrarían también a las recién fundadas reducciones indígenas de San Miguel de Payaques y San Rafael de Niepos, a pesar de que no podían hacerlo, por la política de separación entre república de españoles y de indios. En efecto, desposeyeron de tierras a los indígenas mediante diversos mecanismos: contratos de compra-venta, donaciones, testamentos, usurpaciones, las mismas que luego buscaron componerlas (legalizarlas). Es cierto que la corona otorgó tierras realengas o vacas a españoles en zonas adyacentes a reducciones indígenas, sin embargo, estos españoles migrantes se apoderaron también de las tierras de las reducciones, ilegalmente (algo parecido sucedió en San Antonio de Caxamarca). En efecto, Rodríguez (2016) menciona las que habrían sido las primeras desposesiones de tierras en la reducción de San Miguel entre 1601-1609: 4 caciques indígenas cedieron tierras de Catamuche a Alonso Sánchez Sotomayor, español, mediante “donación”.

Una vez asentados estos españoles y criollos en la reducción San Miguel de Payaques a principios del siglo XVII instalaron sus viviendas y centros de producción: obrajillos y chorrillos (pequeñas fábricas textiles), chácaras, estancias, haciendas, con ganadería y minas pequeñas y como necesitaron mano de obra nativa dentro de ellas,  iniciaron un proceso regresivo al de las reducciones: desconcentraron o dispersaron a la población nativa de las reducciones en los centros productivos. A la larga, éstos funcionaron como reducciones de facto y serían la base de los posteriores caseríos, centros poblados y distritos republicanos.


Imagen 5: Tejedora sanmiguelina. En tiempos coloniales hubo muchos obrajillos y chorrillos en San Miguel de Pallaques.

Conclusiones y reflexiones finales


Después de lo expuesto, concluimos en qué San Miguel de Payaques fue una reducción indígena fundada por el corregidor Francisco Álvarez en 1572 como parte de un segundo proceso reductivo. En este proceso, redujeron las 10 reducciones fundadas en 1565 a tan solo 2: San Miguel y San Rafael. Antes, De Fuentes redujo 10 reducciones a partir de más de 80 pueblos en promedio, uno de estos fue San Miguel de Catamuche.

Según Rodríguez (2016), San Miguel de Catamuche sería el antecedente exclusivo, inmediato o anterior a la reducción San Miguel de Payaques  y habría sido fundado por Francisco Pizarro en 1532. En ese sentido, San Miguel de Catamuche sería el “viejo pueblo” y San Miguel de Payaques el "nuevo pueblo". Sin embargo, después de revisar minuciosamente la sección documentos de Las visitas a Cajamarca nos dimos cuenta que la fundación de San Miguel de Catamuche fue parte del primer proceso reductivo de 1565 y, por lo tanto, no habría sido fundado por Francisco Pizarro en 1532. No existe no solo ningún documento de fundación de San Miguel de Catamuche por Pizarro, sino que  Pizarro no fundó reducciones indígenas.

¿Por qué San Miguel y por qué Pallaques? porque San Miguel de Payaques fue fundado a solo 10 km de la reducción suprimida de San Miguel de Catamuche. Y Pallaques porque era la pachaquía más importante de la reducción de San Miguel a fines del siglo XVI: payaques. Los payaques eran los más numerosos según los documentos y el cacique de esa pachaquía era el gobernador de San Miguel: Juan Payaque. ¿De paiaca a payaque?, sí, en Las visitas a Cajamarca notamos un cambio en el nombre: de paiaca a payaca, luego a payaque y, finalmente, aunque esto ya no está registrado, pudo ser a pallaque.

En efecto, algo parecido ocurrió con Porcón: Porcón no fue el nombre de la pachaquía originaria mitmae cañari sino el nombre del cacique a cargo de los mitimaes cañaris en Caxamarca. Las autoridades coloniales cambiaron el nombre de cañaris a porcón, es decir, por el nombre de su cacique, para diferenciarlos de los cañaris de Ecuador (ver mi artículo en este blog: “Porcón: mitimaes sin tierras”). Igualmente, las autoridades coloniales habrían querido diferenciar a San Miguel de Payaques del anterior pueblo suprimido San Miguel de Catamuche y, del mismo modo, identificar a San Miguel mediante la pachaquía más importante que tenía: payaque. De manera que quedó como San Miguel de payaque, San Miguel de Payaques, San Miguel de Pallaques.


Imagen 6: Úrsula Rojas Becerra, tejedora y partera sanmiguelina, en el centro de la foto, acompañada de dos vecinas sanmiguelinas suyas, en Lima, década del 60' del siglo XX. Úrsula fue más conocida como "mamita Úrsula" en el pueblo, tatarabuela del autor de este artículo.
Úrsula habría nacido en Sabaná, dentro de la antigua hacienda de Llapa, en la década del 70' del siglo XIX. Posteriormente,  migró a San Miguel. Su  primer compromiso fue Manuel Goicochea La Torre, administrador de la hacienda Libes, con quien tuvo como hija a Carmen Goicochea Rojas, también tejedora. Su segundo compromiso fue Juan Rivasplata, guardia local, con quien tuvo como hijo a Antonio Rivasplata.
Falleció en San Miguel en 1982, pasado los 100 años de edad. En paz descanse.



FUENTES:
  • Remy, María y Rostworoski, María (1992). Las visitas a Cajamarca 1571-72/1578. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
  • Remy, María (1981). Organización y cambios del reino de Cuismancu 1540-1570. En: Silva Santisteban, Fernando; Espinoza, Waldemar; Ravines, Roger (comp.) (1986). Historia de Cajamarca, siglos XVI-XVIII. Cajamarca: Fondo Editorial del Instituto Nacional de Cultura.
  • Rodríguez, José (2016). Una historia olvidada: El viejo pueblo de San Miguel de Catamoche en Cajamarca. Lima: GRAFILIB Impresiones SA.

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